Hace unos días cuando salí a correr por un parque cercano a mi domicilio me llamó poderosamente la atención la conversación de dos personas que no pude evitar escuchar y que entre ellas iban hablando de su trabajo, en concreto del “teletrabajo”, ambas iban equipadas para hacer ejercicio, y una de ellas se vanagloriaba diciéndole a la otra que su jefe pensaba que estaba teletrabajando desde casa…cuando en ese momento “había salido a andar”.
En ese momento me imaginé la situación de esa empresa, desconociendo el sector, pero me vino a la cabeza la situación de muchos autónomos y empresarios que como consecuencia de la pandemia no lo están pasando tan bien y que han tenido que reducir sus plantillas, hacer ERTES y que incluso están teniendo pérdidas y me parecía increíble como este trabajador estaba incumpliendo con su jornada laboral engañando a su jefe….y encima tenia la desfachatez de decirlo “a grito pelado” .
Me hice una reflexión y pensé que puede hacer la empresa en este caso, lógicamente si se entera y es algo reiterativo tras previos avisos, despedir al trabajador, causa la hay, porque el trabajador no está cumpliendo con las funciones de su puesto de trabajo, con un grave abuso de confianza y transgresión de la buena fe contractual.
El despido disciplinario está recogido normalmente en los diferentes convenios colectivos y en el estatuto de los trabajadores (art. 54).
Las causas del despido disciplinario corresponde probarlas a la empresa en la carta de despido, una mera sospecha no sirve, por lo que para llegar a tomar esta decisión habrá que demostrar que el trabajador se ha escaqueado continuamente, para ello hay sistemas de control de los horarios, contratando detectives privados, todo lo que sea necesario para demostrar este incumplimiento del trabajador.
Llegado el momento y una vez pueda demostrar dicho incumplimiento póngase en manos de un abogado para que proceda asesorarle para llevar a cabo el despido conforme a lo que marca la legislación