¡Éramos pocos y parió la abuela!
Es como decir que, por si ya no había suficientes cosas que funcionasen mal hasta el momento, de repente llega otra cosa más grave aún que te hace plantearte lo de ¿qué he hecho yo para merecer esto? ¿La Ley de Murphy quizás?,
Pues sí, llegó el Pepino, la crisis del Pepino, por si no teníamos bastante con nuestra crisis económica ya casi perpétua y perdurable en el tiempo, de la que nadie sabe cuándo ni cómo vamos a salir.
Por si no era suficiente con la burbuja inmobiliaria, la morosidad, la crisis de la construcción, etc.. Ahora resulta que echan la culpa a nuestros pepinos españoles de la fuente u origen del brote de bacteria «E. coli».
A perro flaco todo son pulgas.
Desde España se lamentan las quince muertes y las más de 1.400 personas afectadas en Alemania, pero los pepinos españoles no son la fuente de dicha bacteria. ¿Cómo se pueden levantar acusaciones con meras sospechas?
La titular de sanidad de la ciudad-estado alemana explicó, según recoge el diario «Hamburger Abendblatt», que los segundos análisis realizados en laboratorio han evidenciado que la variante de esta bacteria descubierta en los pepinos españoles no coincide con la encontrada en las heces de los pacientes.
Todavía no se conoce la fuente. La acusación infundada se ha propagado como la pólvora y ello ha causado pérdidas millonarias en nuestra maltrecha economía, siendo un fuerte mazazo para nuestra agricultura, además de los puestos de trabajo que pueden perderse como consecuencia de la caída de ventas.
El Gobierno español, a través la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Rosa Aguilar, ha indicado que España pedirá compensaciones económicas ante la Unión Europea por el impacto económico que ha supuesto para el sector hortofrutícola la crisis del pepino. Vamos a ver si por una vez nos hacen caso en Europa.
Mª Dolores Ortiz