Si bien es cierto que la abogacía es una actividad muy individualista y competitiva, sin embargo y como bien dice la frase “nadie lo sabe todo” y nadie puede llegar a todo.
Tanto se trate de un joven abogado como de un abogado más veterano es necesario muchas veces abrir puertas a la colaboración.
Es cierto que podemos pensar que entre abogados pueden surgir conflictos sobre todo porque la colaboración pueda entrar en colisión con la independencia o la autonomía en la decisión, pero desde masqueabogados entendemos que si se rema en la misma línea y se establecen unas pautas similares es posible colaborar entre despachos.
La colaboración es necesaria muchas veces para mantenernos competitivos, debiendo crear estrategias que refuercen el valor y posicionamiento en el mercado.
Todo ello repercute no solo en la calidad del servicio cara al cliente permitiendo resolver problemas complejos sino además a nivel de rentabilidad, generando o aumentando el nivel de ingresos, ya que cuanto más trabajo hay más ingresos llegan.
Para que un despacho pueda hacerse fuerte y posicionarse en el mercado, tanto a nivel funcional como territorial debe crear alianzas y colaboraciones con otros compañeros, por lo que una colaboración bien llevada a cabo da mayor valor a nuestro negocio.
También hay que tener en cuenta que contando con colaboradores de confianza se minimizan los riesgos.
Ya que de esta manera se prevén los errores y se puede dar un mejor enfoque al tema, “cuatro ojos ven más que dos”, nos enriquecemos del conocimiento de los demás compañeros y generamos clima de confianza.
No siempre es fácil, ya que se requiere una capacidad de comprometerse con un objetivo común que no todas las personas tienen, y de cierta creatividad para descubrir oportunidades útiles para todos.
Se necesita mucha confianza y estar seguro que las aportaciones de los demás son tan valiosas como pueden ser las tuyas, y que todos aportamos, y que todos “estamos en el mismo barco”
Por tanto el éxito está en la colaboración y no en la competición.
Como decía la Madre Teresa de Calcuta: “Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas”